martes, 27 de julio de 2010

LA LEY INTERNACIONAL NO RESTRINGE ADOPCIÒN POR SEXO DE LOS PADRES



Los argumentos que rechazan la adopción de menores y que señalan que personas del mismo sexo no deberían educar a niños de su mismo género pues es algo antinatural y que no da resultados, contravienen lo que ha sucedido en México en los últimos 500 años.
“México tiene una tradición muy antigua, es la primera en América Latina en tener a sacerdotes y monjas de diversas asociaciones religiosas educando a niños y niñas del mismo sexo”, aseveró Gerardo Sauri, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

En cuanto a las críticas que señalan que atenta en contra de los derechos de los niños, aseguró que la Convención sobre los Derechos del Niño, que es un tratado internacional al cual México se adhirió y que tiene carácter de ley, establece el derecho de los menores a tener una familia, sin especificar cuál debería ser la composición de la misma.

“Ese tratado establece el derecho de niños y de niñas a tener una familia, sin embargo, no define qué tipo de familia debe ser ésta. Este tratado ampara toda la diversidad de grupos familiares que pudieran existir a nivel mundial” aseveró el activista

Agregó que prohibir la adopción niños por parejas del mismo sexo por el hecho de que los menores pudieran ser rechazados socialmente, sería como plantear que ningún niño que provenga de una formación familiar distinta a la de padre y madre podría ser adoptado por riesgo a las críticas sociales.

En este rubro, se incluyen incluso, los hijos de las madres solteras “hoy en día los hijos de madres solteras en México son altamente rechazados, altamente discriminados incluso en la escuela y en todo caso, sería también como prohibirles su derecho de adopción por el rechazo”, indicó.

500 AÑOS DE HISTORIA

El defensor de derechos humanos señaló que en el país hay instituciones que datan del periodo colonial y que fueron creadas para atender a niños huérfanos y abandonados que son atendidas exclusivamente por hombres y mujeres y en donde sólo se admiten niños del mismo género que sus tutores.

“Tenemos ordenes religiosas completas conformadas por personas del mismo sexo. Hay casas hogares donde los niños y niñas aprenden a crecer sin tener los modelos adultos de mamá y papá”, declaró Sauri.

Dijo que en esto lugares no existe una relación entre un hombre y una mujer que funjan como padres de los menores; “entonces, si nosotros descalificamos a las personas que educan niños de su mismo sexo y sostuviéramos que las personas solamente pueden educar a niños si están casadas con parejas heterosexuales, descalificaríamos toda la asistencia social basada en este tipo de ordenes religiosas” aseveró el activista.

Sostuvo que ello demuestra que las personas que se dedican al cuidado de niños y niñas no necesariamente tienen que tener una relación afectiva de padre y madre.

“Este ha sido uno de los principales argumentos de los sectores que han estado manteniendo una fuerte crítica a que este tipo de modelos no son naturales. Evidentemente la concepción requiere de un hombre y de una mujer pero no necesariamente la educación y la crianza de un niño”, indicó.

Al respecto, subrayó que 500 años de historia demuestran que esto es posible.

LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y LAS FAMILIAS DIVERSAS

El consultor en políticas públicas y derechos de la infancia, recordó que la mencionada convención de derechos infantiles cumple 20 años de haber sido aprobada en México y tiene carácter de ley suprema al haber sido aprobado por el senado de la República.

“Establece el derecho de niños y de niñas a tener una familia, sin embargo no define qué tipo de familia debe ser ésta. No especifica que tienen derecho a un papá y a una mamá o a dos papás y dos mamás” aseveró Sauri.

Dijo que por el contrario, obliga al estado a que reconozca cualquier tipo de formación o grupo familiar.

“Desde esta perspectiva, el estado tiene la obligación de garantizar que la familia cumpla sus funciones de salvaguardar los derechos de niñas y niños sin importar la forma de su familia”, señaló.

Así pues, basados en los tratados internacionales, no habría ningún impedimento para que niñas y niños pudieran ser adoptados por familias de personas del mismo sexo.

Asimismo, el activista explicó que cada vez más frecuentemente en el mundo, e inclusive en México, se registran familias con esquemas distintos al de un papá y una mamá.

“El Consejo nacional de Población en su conteo pasado, registró en México por lo menos 7 formas de familias distintas a este esquema, incluyendo hogares monoparentales, familias extendidas, abuelos que cuidan de familias extensas e incluso adolescentes viviendo solos y adolescentes viudos” explicó.

LOS RIESGOS DE ABUSOS

Uno de los argumentos más frecuentemente empleados por los que rechazan la adopción por parte de parejas del mismo sexo, es que éstos niños podrían ser víctimas de abuso sexual por parte de sus propios padres.

Sauri consideró que es una opinión que carece de bases comprobables, pues no existen todavía estudios que lo demuestren. Investigaciones de este tipo no se han realizado en países donde la adopción por parte de parejas del mismo sexo es legal desde hace tiempo.

Dijo, que por el contrario, las estadísticas y estudios disponibles, demuestran que los niños son abusados sexualmente en su mayoría por hombres heterosexuales.

“Los datos que sí existen demuestra que el abuso sexual ocurre principalmente dentro de entornos que en teoría deberían ser seguros como la casa o la iglesia y suceden en entornos heterosexuales. Son efectuados por los familiares más cercanos, por el padre de los menores, los tíos, los abuelos, maestros. Miembros respetables de la comunidad e incluso ministros de culto”, indicó.

Por ello, dijo, sostener que personas del mismo sexo tienen una especial tendencia hacia el abuso sexual es una teoría muy difícil de sustentar y equivale a decir que por los contados casos de pederastia en iglesias de todas las religiones se debería descalificar toda posibilidad de que los sacerdotes se hicieran cargo de casa hogar o centros asistenciales.

“Es exactamente lo mismo el pensar que parejas del mismo sexo quieren a niños no para criarlos y educar sino para abusar sexualmente de ellos. Hasta ahora no existen datos de abuso sexual entre parejas del mismo sexo”, declaró.

EL RECHAZO SOCIAL

El director de la organización no gubernamental para la infancia señaló que entre los pocos estudios sobre un posible impacto en la vida de los menores que tiene el pertenecer a una familia de parejas homosexuales, resaltan algunos hechos en España, que apuntan a que la discriminación los daña.

“Sí hay un impacto en niños y niñas que son adoptadas, pero de acuerdo a la información de la que yo he podido disponer, concluyo que tiene que ver con problemas de aceptación del medio social” señaló.

Al respecto, apuntó que este es un problema que enfrentan muchos infantes y no sólo los hijos de padres del mismo sexo. Por ello más que prohibirse la adopción, debería trabajarse en una sociedad más tolerante.

“Prohibir la adopción de niños por parejas del mismo sexo por el rechazo social sería como negar este derecho a todos los niños que provengan de un tipo de formación familiar distinta”.

Explicó que en la actualidad, los hijos de madres solteras enfrentan un gran rechazo, incluso en la escuela. Este rechazo también se da en hijos de

Migrantes, lo cual sucede no sólo en México, sino en países con gran tradición migratoria como Estados Unidos.

Señaló que otro tipo de niños que sufren un gran rechazo social son los niños de las casas hogares, los huérfanos o abandonados.

Por ello se pronunció que la solución no es prohibir la adopción de alguno de éstos grupos, sino sensibilizar a la comunidad, especialmente al entorno donde estos niños se van a insertar.

“Esto evidentemente será más difícil si ya de entrada hay grupos que ya están rechazando esta posibilidad y están generando situaciones que pueden crear contextos de alta discriminación” declaró.

Finalmente, sobre el tema, sostuvo que lo que está en evaluación no es la capacidad afectiva de parejas del mismo sexo, sino la aceptación social a todo aquello que es distinto a lo que se supone debe de ser el estándar.

“En ese sentido lo que me parece que no se agota con esa ley es la necesidad de una postura que nuestras comunidades sean más multiculturales y acepten la diversidad, no solamente sexual, sino de todas las clases, incluyendo la étnica”, aseveró.

LOS RETOS

El consultor, señaló que sin duda uno de los grandes retos que enfrenta la sociedad es acostumbrarse y ver con normalidad la existencia de familias diversas, tal como ha sucedido con los hijos de madres solteras.

“Lo que ha permitido que los niños de madres solteras sean menos rechazados es que cada vez hay un mayor número de familias monoparentales.” apuntó.

Agregó que por ello es indispensable sancionar a cualquier persona que discrimine a niños y niñas o a sus familiares por la conformación de su familia, pues esto es un delito.

Por ello, existen leyes que protegen a las personas contra la discriminación y sancionan a las personas que las cometen.

“Un maestro, una maestra, un sacerdote o cualquier persona que maltrate, discrimine o haga de menos a un niños porque su familia es de cierta orientación, es alguien que podría ser sujeto de medidas punitivas porque está cometiendo un delito” señaló Sauri.

Asimismo, en materia de adopción, México enfrenta un gran retos: el de regular y supervisar las adopciones, independientemente de la preferencia de los padres.

“El problema de la adopción en México es que las instituciones para vigilar que los niños que son dados en adopción en familias de cualquier tipo de composición, incluso, heterosexuales, son instituciones que han mostrado una gran debilidad”, consideró.

Señaló que prueba de ello es que no se tiene un registro nacional de adopciones, tampoco se tiene un registro nacional de albergues y por tanto no se sabe cuántos niños pudieran estar susceptibles a la adopción.

“Además no existe una única autoridad, ni en términos locales ni a nivel federal para garantizar que la adopción pueda ser controlada. Hay una excesiva burocracia que promueve una serie de formas de trata para fines de adopción y que los futuros padres incurran en distintos delitos” apuntó.

Dijo que por ello es fundamental que existan autoridades capaces de verificar, antes, durante y sobre todo después los proceso de adopción.

“Me preocupa menos si las parejas adoptantes son del mismo sexo y me preocupa más que estemos viendo a niños adoptados ilegalmente en hospitales a cambio de una cantidad económica y sin ninguna autoridad que haya intervenido”, aseveró.

Así pues, subrayó Sauri, la aprobación de la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo, es una coyuntura que puede aprovecharse para revisar a fondo la legislación en la materia y crear una Ley de Adopciones que desesperadamente necesita el país para dar certeza jurídica a éstos procesos.

Doina García y Fernando Ríos
El Sol de México

1 comentario:

Javier dijo...

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